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Tu salud mental. ¿Te estás ocupando?

Cuando veo una serie o una película donde hay algún personaje entrado en años que manifiesta claramente signos de la edad en su comportamiento, mi mente comienza a crear fantasmas de un futuro desagradable donde paso a ser yo misma una viejita con problemas mentales.

Tengo claro que a la mente le gusta crear escenarios posibles de un futuro que en realidad no es más que incierto. Es por ello que, gracias a que me dedico al yoga y su filosofía, al Mindfulness y sus enseñanzas, me aferro a ellas para no dejar que el miedo me controle.



No todo es fantasía


Sin embargo, es cierto que las estadísticas indican que un considerable porcentaje de la población mundial sufre de algún tipo de enfermedad relacionada con el cerebro. Falta de memoria, comportamiento agresivo, alguna demencia senil, el tan temido Alzheimer. En fin, la lista es larga.

Me aventuro a creer que conocés a alguna persona mayor que padece de alguno de estas dolencias.



¿Te preocupa este tema? ¿Te da miedo?


Preocuparse es una de las funciones de la mente. Le encanta hacerlo porque en definitiva lo que quiere es protegerte y está previendo posibles situaciones que pongan en peligro tu supervivencia. Para tranquilizarla, te propongo que tomes las riendas del tema y comiences a encargarte de cumplir vos misma con esa función pero de un manera más proactiva. ¡Así que manos a la obra!


Una de las mejores formas de mantener tu cerebro activo, despierto, consciente y despejado, es la meditación. Y al decir esto, probablemente te desilucionaste. Tal vez imaginabas que existía alguna pastilla mágica que quita todos los males. Lamentablemente no tengo en stock. Pero! es maravilloso saber que, así como nos ocupamos de nuestro cuerpo y vamos al gimnasio, o hacemos yoga, o natación o caminatas, tenemos la misma posibilidad de entrenar nuestro cerebro y ocuparnos de nuestra salud mental.


Es accesible, es gratis, y lo podés hacer todos los días.


¿Cómo?


La imagen asociada a un meditador es normalmente la de un monje, sentado en un paraje desolado, en postura erguida, ojos cerrados e inmóvil durante horas...Es una posible realidad... pero no es lo que voy a proponerte hoy.

Si querés incursionar en la meditación, aún cuando creas que no es para vos (¡lo escuché muchas veces!), esta es mi propuesta:

- Seteá la alarma en tu celular dos veces al día. Cuando suene, dejá lo que estás haciendo y escuchá la meditación de dos minutos. Sí, leíste bien, 2 minutos nada más.

¿Qué beneficios tiene?


- Primero: estás entrenando tu mente y tu cuerpo a PARAR. Eso significa dejar de actuar en forma automática. Es detenerse para tomar el control y cambiar el foco de la atención a vos misma. Puede parecer fácil y sin mayor importancia; sin embargo, es un paso enorme que no es fácil de hacer ni de incorporar.

- Segundo: ¡no falles a tu cita! Respetá tus propias consignas. Si lo que buscás es comenzar a ocuparte de tu salud mental, este es un primer paso. No te falles a vos misma. Simplemente hacelo.

- Tercero: repetí esta practica a diario, 2, 3, 4 veces al día. O una vez por hora. Con el tiempo, vas a poder hacerlo sin necesitar escuchar el audio y habrás incorporado un hábito nuevo, saludable, un entrenamiento mental.


...Me pregunto si actualmente ya tenés

algún hábito saludable

para tu mente en tu rutina...


Algunas de mis lectoras ya soy yoguinas o meditadoras y tal vez estén esperando otro tipo de práctica. Si esa sos vos, aquí viene, prepárate.


Permanecer más tiempo en casa es un hábito que algunas de nosotras incorporamos a partir de la pandemia. Especialmente el valorar ese tiempo de mayor intimidad o de mayor conexión con vos misma. La meditación ocupa allí un lugar importante en la rutina diaria. Personalmente realizo una meditación de 20 minutos por la mañana. Te cuento los beneficios:


- organiza mi mente para el resto el dia

- me da la pauta de cómo desperté ese dia.

Si noto mi mente inquieta, se que voy a tener que prestarme mucha más atención porque es probable que cometa más errores ese día, que actúe arrebatada, que olvide cosas.

Si me mente está focalizada y serena, tal vez decida realizar actividades que normalmente requieren mayor esfuerzo o atención porque estaré mejor predispuesta para ello durante ese día

- me da sensación de agradecimiento y valoración por mi vida y me predispone bien al inicio de mi día

- me siento satisfecha conmigo misma por hacerme responsable de mi propio bienestar (y del de la personas que me rodean)

- me quita fantasmas de la mente porque estoy más consciente de esos pensamientos disruptivos. Aprendo a no darles peso.

- me tranquiliza por un lado porque ese es un efecto directo de la mediación y, por el otro, porque me estoy ocupando de mi


Entrá aquí para realizar una meditación guiada






Si estás con ganas de más, te comparto lo consejos de Tara Brach para armar un retiro en tu casa




Estos son los elementos que te facilitarán armar tu retiro:

Armá una agenda

Teniendo en cuenta tu experiencia en la meditación y tus otras obligaciones, armá una agenda diaria para todo. Se realista. Si hacer un retiro es algo nuevo para vos, empezá de forma modesta.

Si sos principiante, organizá tandas de 20-30 minutos por la mañana y por la tarde. Intercalando meditación sentada, meditación caminando o aquellas prácticas a las que estás acostumbrado.



Si tenés más experiencia, las tandas pueden ser de 45-60 minutos. Hay infinidad de recursos online. Podés usar aplicaciones como Insight Timer o Headspace.

Tal vez tu retiro dure un solo día o dure más, según sea posible dentro de tu vida actual. Si elegís hacerlo varios días, respetá tu agenda durante dos días y aprendé cómo funciona. Y ahí podrás decidir si querés repetirlo algunos días más. A la mente le lleva bastante tiempo aquietarse. Y esto es especialmente cierto en estos tiempos difíciles que vive la humanidad. Se paciente.


Creá un espacio de calma

Participar en un retiro requiere pasar gran parte del tiempo en silencio, minimizando la comunicación con otros y alejándote de las noticias y los entretenimientos. Hacelo simple: poné un mensaje de no disponible en tu correo y en tu celular; prepará con anticipación comidas sencillas.


Dale una intención

Cuando comiences el retiro tomate unos minutos para considerar qué es lo que te impulsa a dedicar tiempo para profundizar tu práctica.

Si querés, podés prender una vela o traer una flor o una imagen inspiradora. Aquietate y creá internamente una intención fuerte y clara.

Durante los días de tu retiro, recordá y reafirmá tu intención.

Escuchá a los grandes maestros.

Podés encontrarlos en las aplicaciones que te mencioné arriba.


Aquí te enumero algunos:

Tara Brach

Jack Kornfield

Jon Kabat Zinn

Thich Nhat Hahn

Kristin Neff

O tal vez algún maestro dentro de propia religión.

Elegí tus prácticas

Elegí anticipadamente qué prácticas incluirás; incorporá en tus meditaciones prácticas de autocompasión y compasión. Te ayudarán en estos momentos difíciles y abrirán tu corazón a todos los seres del mundo


Dale la bienvenida a lo que aparece

Cuando meditamos en períodos largos, aparecen naturalmente energías difíciles. Preocupación, inquietud, frustración, sueño, irritación, duda son de las más comunes. Estas dificultades nos ofrecen una valiosa oportunidad para profundizar nuestra meditación, con sabiduría y amor.


Leé con atención plena

Antes de comenzar tu retiro, elegí libros inspiradores a los que puedas recurrir en esos días.


Conectate con amigos espirituales

Tal vez sea una buena idea ponerte de acuerdo con otros amigos para que ellos también hagan su retiro en casa.

Esto hará que lo sientas como una práctica compartida.


Si querés interiorizarte más acerca de Mindfulness y meditación, hacé click en:




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